Bombillas tradicionales Nordlux

¿Qué son las bombillas tradicionales?

Las bombillas tradicionales, conocidas como bombillas incandescentes, son un dispositivo que produce luz mediante el calentamiento de un filamento. Este proceso se llama incandescencia. El componente principal es un filamento de tungsteno, sellado dentro de una ampolla de vidrio al vacío o rellena con un gas inerte. Cuando la corriente eléctrica atraviesa el hilo de tungsteno, su temperatura aumenta hasta el punto de fusión, emitiendo luz visible y una cantidad significativa de calor.

La estructura se completa con un casquillo metálico, como los modelos E27 o E14, que permite la conexión al circuito eléctrico y proporciona soporte a la lámpara. La invención y producción masiva de la bombilla incandescente supuso una revolución en la iluminación del hogar y los espacios de trabajo a finales del siglo XIX.

Funcionamiento y características de la bombilla incandescente

El principio de funcionamiento de una bombilla tradicional es simple pero poco eficiente. La electricidad calienta el filamento de tungsteno a más de 2.000 °C, lo que genera una luz cálida y continua. Este tipo de lámpara ofrece una excelente reproducción cromática, con un Índice de Reproducción Cromática (CRI) de 100, lo que significa que los colores de los objetos se ven de forma natural, sin distorsión. El color de la luz es típicamente cálido, con una temperatura de color entre 2700 K y 3000 K.

Más del 90% de la energía que consume se disipa en forma de calor, y solo una pequeña parte se convierte en luz visible. Esto resulta en un mayor consumo en la factura eléctrica y una vida útil limitada, que rara vez supera las 1.000 horas de uso.

La prohibición y la transición hacia la eficiencia energética

Debido a su alto consumo de energía y su impacto en el ambiente, la Unión Europea y otros países iniciaron un proceso de prohibición de las bombillas incandescentes para uso doméstico general. El objetivo era fomentar el ahorro energético y la adopción de tecnologías más eficientes, como las bombillas LED. Esta decisión ha impulsado un cambio significativo en la industria de la iluminación, orientando el mercado hacia soluciones de bajo consumo.

El reemplazo de una bombilla incandescente por una LED puede suponer un ahorro de hasta el 85% en el consumo de energía para la misma cantidad de luz (flujo luminoso). A pesar de una inversión inicial mayor en la compra, la larga vida útil y la eficiencia de la tecnología LED compensan el precio a largo plazo.

¿Qué ventajas tiene la luz incandescente?

• excelente calidad de luz, con un CRI de 100 que reproduce los colores con total fidelidad,
• encendido instantáneo sin interferencias con otros dispositivos electrónicos,
• espectro de luz continuo, agradable para los ojos,
• regulables de forma sencilla sin necesidad de un regulador especial.

¿Por qué se calientan tanto estas bombillas?

Se calientan porque su funcionamiento se basa en la incandescencia. La luz es un subproducto del calor extremo generado en el filamento de tungsteno. La mayor parte de la energía eléctrica se transforma en energía térmica y no en energía lumínica, lo que las convierte en una fuente de calor muy poco eficiente. Este factor de disipación es la principal razón de su baja eficiencia energética.

¿Existen alternativas con la misma apariencia?

Sí, las bombillas LED de filamento son la solución ideal. Estos modelos imitan la apariencia de la bombilla tradicional, con un bulbo de cristal transparente que deja ver los "filamentos" LED. Ofrecen el mismo efecto estético y una luz cálida, pero con todas las ventajas de la tecnología LED: eficiencia, durabilidad y un consumo de energía mínimo. Marcas como Philips ofrecen un amplio catálogo de estas opciones para cada tipo de necesidad en la iluminación del hogar.